

Kilómetros de historias, esta es la mía
Soy licenciada en Periodismo, hice un postgrado en Información Internacional, un máster en Relaciones Interculturales y hablo unos cuantos idiomas que me han venido muy bien para moverme por el mundo.
Fui redactora de la revista VIAJAR durante casi una década. Aquello me permitió realizar reportajes por las cuatro esquinas del planeta, aunque antes ya llevaba muchos kilómetros a la espalda gracias, sobre todo, a haber vivido algunos años fuera de España y a que consumí los veranos de la facultad haciendo de guía, principalmente en mis adorados Marruecos y Turquía. Con esa experiencia me enganché desde muy joven a asomarme al mundo “del otro lado de la barra”. Es decir, trabajando. Nada te enseña mejor a conocer un lugar y su gente.
Desde hace ya mucho trabajo como freelance. Formo parte del equipo de Gente Viajera, el programa de viajes de Onda Cero, y escribo para VIAJAR y otras revistas de Grupo Zeta/Prensa Ibérica, periódicos como El Mundo, La Vanguardia o Expansión, la web y los monográficos de viajes de HOLA o revistas como Fuera de Serie, entre otras que no salen a quiosco. Trabajé mucho para otras, ya desaparecidas, como GEO o Siete Leguas, he escrito algunas guías de viajes y en ocasiones hago contenidos para empresas.
También colaboro con la atípica agencia de viajes Focus on Women consagrada a darle visibilidad a la cultura de las mujeres promoviendo encuentros entre sus reducidos grupos de viajeras con empresarias y artistas locales. En lugar de guías al uso, sus viajes los acompañamos periodistas o escritoras expertas en cada zona. Un orgullo que entre ellas figure una “primera espada” de la talla de Rosa María Calaf. Yo me sumo principalmente a sus viajes por Estambul y Vietnam. Igualmente acompaño algunas expediciones del diario El País.
Al trabajar por libre consigo gestionar mi tiempo con algo más libertad que el común de los “mortales”. De ahí que haya podido aventurarme en proyectos de lo más dispar. Desde montar una radio orientada al desarrollo en el pueblito maliense de Diougounté hasta cruzar “el charco” en velero. O enrolarme como tripulante en el América, la goleta en cuyo honor se creó la Copa América. Porque, no, no la llamaron así por el continente sino por el barco.
Vivo en Madrid y, aunque mis amigos creen que siempre estoy de vacaciones, puedo dar fe de que andar todo el día con la maleta a cuestas, aun siendo un privilegio, también tiene lo suyo.