A pie tras los rinocerontes del PN Matobo, Zimbabue

Tras una década fuera de escena, Zimbabue vuelve a sonar entre los amantes del África sin trillar. Además de bazas como las cataratas Victoria o el parque Hwange, el país atesora auténticas joyas como la reserva de Matobo, donde salir incluso a pie al encuentro de sus rinocerontes en compañía de un ranger… armado, eso sí, aunque juran que jamás se ven obligados a desenfundar.

El pobre Cecil se convirtió en el trending topic del verano al ser abatido en el parque Hwange por un dentista de Minneapolis. De ser un hecho aislado, los amantes de la naturaleza hasta estarían de enhorabuena, porque la fauna africana se enfrenta, por desgracia, a una lacra mucho peor que los “deportistas” capaces de desembolsar 50.000 dólares por dispararle a un león. El tráfico de especies salvajes se ha convertido en el tercer negocio ilegal del planeta, sólo por detrás de las drogas y las armas. A causa de los precios astronómicos que alcanza en el mercado negro el marfil de sus colmillos o el polvo de su cuerno, los que se llevan la peor parte son los elefantes y rinocerontes.

Muchos de estos últimos, en países como Zimbabue, están siendo traslados a zonas especialmente protegidas para tratar de librarlos de los furtivos. Por eso es doblemente insólito salir a su encuentro por el Parque Nacional de Matobo, y, si uno se atreve, hacerlo nada menos que a pie.

Si te interesa seguir leyendo, pincha en el reportaje que acabo de publicar en la sección de viajes del periódico El Español.

Rinocerontes en Matobo, Zimbabue. Foto: Luis Davilla
Rinocerontes en Matobo, Zimbabue. Foto: Luis Davilla

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